Quién pudiera ser tu risa
para vivir en tu boca
y hamacarse en la cornisa
entre tus labios y tu copa.

Quién pudiera ser tu musa
a quien dediques mil canciones
que cada negra y semifusa
relaten tus confesiones.

Quién pudiera ser tu canto
que refugia las emociones
y que hace olvidar del llanto
y despierta nuestras pasiones.

Quién pudiera ser el viento
que te sigue a todas partes
que se lleva el silbido con que cuento
con dos notas mis verdades.