Voy a desmenuzar mis sueños, a recortar prolijito por el borde cada una de mis indirectas y hacer un collage en el cielo, voy a contar en corcheas el tiempo que paso perdida en tu boca mientras la mía sigue uno a uno tus movimientos, repite al unísono tus palabras, esperando ese cruce con tu mirada, sutil, que sólo busca una alegría. Voy a guardar cada uno de mis latidos en una caja y a enviártelos por correo a tu puerta; a tu casa, tu mansión, a ver si así, de una vez y para siempre, asumís tu rol de musa, y me dejás dedicarte las rimas de mis caricias, o me obligás a escribirte un último requiem; y me mirás por primera vez de verdad a los ojos, y por fin te dejás de hacer bien el boludo.