"Y Mariana quiere ser canción..." 
(Silvio Rodriguez, "Y Mariana") 

 Cuál es el poder inmenso de las palabras que nos hacen sentirnos cerca de alguien que no conocemos, que no vive en este país o en este siglo? Es esa increíble carga que nos permite emocionarnos con historias antiquísimas? Que nos hace enamorarnos de personajes ficticios y nos hace sentir cosas tan reales, tan tangibles....?

Cómo dice Drexler, somos "Un animal prodigioso con la delirante obsesión de querer perdurar".
Los griegos no creían en la vida eterna. La única manera de alcanzar la inmortalidad era volverse mito, volverse palabra. El mayor logro de un héroe era que su historia fuera contada. Sus más heroicos actos serían consagrados en la poesía, los trovadores contarían sus hazañas, los padres se las contarían a sus hijos y estos a los hijos de sus hijos, y así hasta alguna profesora de literatura que se las hiciera estudiar a sus
alumnos ("La Kléos, chicos!! κλέος!")
Algo que me define es mi pasión por el arte. Y por ende también, por la gente que produce arte. Pero por sobre todas las cosas, me apasiona la gente que escribe. Más de una vez dije 'wow, yo me enamoraría de alguien que escribe así' (cosa que terminó pasando, en muchos de los casos). Pero noté muy pronto que mi amor era sumamente egoísta. Porque yo me había enamorado de sus palabras. Y no quería otra cosa que volverme una palabra en su boca. Y es que cada vez que uno se enamora de un poema, quiere que esas palabras sean para uno. Cree (a veces equívocamente) que esa es la manera de vivir el amor de ese poeta, y de ser así, quiere ser parte de eso. También es importante que el poeta sostenga sus palabras con sus acciones, que su vida sea una poesía, y no sólo su trabajo. A veces el poeta es sólo un personaje, y la persona no es realmente un poeta,  'juega' a ser poeta, 'trabaja de'. Hace mucho escuché una entrevista a Dorio donde, hablando de su compañero de radio, decía ''la gente dice 'claro, se enamoran de él sólo porque es Dolina, y escribe' y no entienden que Dolina es Dolina todo el tiempo''.
Sin embargo, aunque es muy solicitado, el oficio de musa no es simple y no cualquier hombre o mujer puede oficiarlo. Por eso si un amorío, por más fugaz que este fuera, resulta el disparador de un poema, una canción, un verso, habrá valido la pena.
Por otro lado, están los que se valen de palabras ajenas para expresarse. Esto es, claro, perfectamente válido. Quizás no todos los artistas acuerden conmigo, pero yo creo que la fama anónima es una gran forma de trascender. Que tus palabras traspasen fronteras y lenguajes, que puedan ser reutilizadas por algún romántico empedernido, que tus significantes puedan cobrar otro significado. ''Quiero ser el murmullo de alguna ciudad que no sepa quien soy'' dirá el cantante de Babasónicos.

Pero de una u otra manera, uno tiende a tomar a la ligera el poder de las palabras. Don't.
Ahora, vayan y escriban! Escríbanle a sus amantes, a sus seres queridos, a su ciudad, al mes de abril. Escriban sobre eso que les pasó el otro día, escriban la crónica de un asesinato, escriban una historia que nunca sucederá, escriban sobre todo, escriban sobre nada. Alguien dijo una vez, que un buen escritor debía escribir todo el tiempo, escribir nimiedades, escribir desatinos, escribir sin saber sobre qué. Así, el día que tuviese algo realmente importante para contar, tendría la experiencia y la pericia para lograrlo.
Como yo, que escribo estas palabras, para que las lea alguien, para aprender a contar.

Buenas noches.


"Lo que me gusta de tu cuerpo es el sexo.Lo que me gusta de tu sexo es la boca.Lo que me gusta de tu boca es la lengua.Lo que me gusta de tu lengua es la palabra."

(Julio Cortázar, en "Papeles inesperados")